domingo, 1 de enero de 2012

2012

Comienzan los primeros compases del 2012, teórico fin del mundo y bisiesto. Tengo resaca y me duele el estómago. Tengo sueño y mañana madrugo. Estoy cansado y mañana trabajo. Esto no me deja margen para estar de excelente humor pero me apetecía expresarme hoy por aquí.


Por lo visto cuando comienza el nuevo año es costumbre echar la vista atrás, recordar el año anterior, sacar una conclusión y si es necesario hacer un acto de contrición prometiendo no repetir los errores pretéritos e ir por la buena senda de la honradez, la verdad y la Luz.


Dicho y hecho esto, creo que puedo llegar a la conclusión realista de que aunque 2011 fue un Annus Horribilis no fue tan horrible como parecía. Es cierto que si dividimos el año en tres partes iguales de 4 meses cada una, la primera parte fue tremebunda y asquerosa, no se la desearía ni a mi peor enemigo (bueno a mi peor enemigo si). Observando un segundo cuatrimestre es ascenso con mejoras y novedades (acabar la carrera y quitar de mi vista la última -y asquerosa- asignatura pendiente de la carrera me produjo un hondo sentimiento de orgullo, abrirse en ciertos campos de nuevo, etc..). Unas vacaciones merecidas y un mes en las tierras inhóspitas catalanas pueden cerrar este cuatrimestre. Así llegamos finalmente al último cuarto del reloj, donde todo parece que va viento en popa a toda vela tanto profesional como personalmente, aunque a última hora nos hemos encontrado con un pequeño campo de minas del que espero salir -medianamente- indemne.


Sobre los propósitos para este nuevo año, como la superstición me impide decirlos en voz alta por si no se cumplen, solo digo que todos los ridiculos rituales necesarios para que se cumplan estan hechos. (Dieu lo volti!).


Por otra parte y cambiando un poco de tercio, el malestar de hoy me ha llevado a una cierta fase Zen interior donde intento encontrarme a mi mismo respondiendo a los grandes misterios de la vida.


Como en este año hubo momentos en los que pense que iba a perder la poca cordura que me queda, levanté ciertos suelos sobre ciertos pilares que consideré inamovibles. A fin de cuentas, aunque me joda reconocerlo, empiezo a entender la actitud de que hay que tener algunos inamovibles principios para poder identificarte contigo mismo, y llevarlos hasta las últimas consecuencias. Si bien, como siempre, la teoría difiere bastante de la práctica. Es como la Justicia, es preciosa que sea ciega, pero en ocasiones es necesario que vea algo antes de que se estrelle.


Y esto podemos entroncarlo con las dos cosas que me rondan la cabeza esta semana, siendo una de ellas la cita que decía algo así como que En el teatro de la vida todos representamos un papel, ponte tu careta y sube al escenario hasta que se cierre el telón y oigas los aplausos. Más o menos era asi, con cierta licencia poética de mi parte/mente.


Esta cita, asociada a uno de esos pilares, me provoca esta semana que tenga que representar un papel de ogro y cabrón feroz cuando realmente podría estar (notese que cambie el verbo) normal, feliz y simpático, que de verdad es lo que quiero. Y sinceramente, eso me agota tanto fisica como psiquicamente. Si bien es cierto que en justificación mia me comporto identicamente que el espejo donde se muestra mi reflejo.


Esto tampoco va a ningún sitio, lo cual lleva a incumplir ya inmediatamente uno de los propósitos del 2012.


Lo que me genera una honda desazón y ulceras por cierto. E incluso algo de pena y melancolía.








1 comentario:

  1. Hola me gustaría conocerte virginiaplaa@gmail.com Sea cuando sea veas esto escribime Un saludo

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