viernes, 5 de noviembre de 2010

Volviendo a las letras.

Por fin, después de un año y dos meses vuelvo a este blog a escribir lo que pase por mi cerebro y salga por mis dedos. Para escribir, bien tonterias, bien verdades hay que tener la mente fria, las ideas claras y los pies en la tierra.
Hoy extrañamente yo tengo todo eso en orden, así que una vez que recordé la contraseña, me dispongo a contar mi breve pero intensa tarde. Varias frases vienen insistentemente a mi memoria, unas en francés medieval, otras modernas, otras actuales:

Honi soit qui mal y pense

Dieu lo volti

A partir de ahora somos enemigos. Tú elegiste como tu instrumento a un
presumido, lujurioso, sucio e infantil y mi recompensa es solo la capacidad de
reconocer tu encarnación... como Tú eres injusto, deshonesto, cruel, te lo
impediré....lo juro!!. Pondré trabas y dañaré a tu bestia terrenal tanto como
pueda...

Urbano II, Francisco I, Salieri....

Demasiadas voces en mi cabeza. Un reloj, una promesa, frio, calor.

"Si ella muere, para mí el mundo es una puesta en escena, pueden levantarlo
todo, enrollar el cielo y cargarlo en un camión, apagar ésta luz bellísima del
sol que me gusta tanto, ¿y sabes por qué? porque me gusta ella iluminada por el
sol. Pueden llevarse todo, éstas alfombras, los edificios, la arena, el viento,
las ranas, las sandias maduras, el granizo, las siete de la tarde, mayo, junio,
julio, la albahaca, las abejas, el mar, los calabacines, ¡los calabacines!
¡encuéntrame ésta glicerina amigo Al Giumei-li!"

"La mesa la cambiaría de sitio, cuando me beba el champán me iré.
¡Cuantos libros!, tú dejaras que me vayas. Jamás los tendría en el suelo Atillio, eso lo hacen los poetas.
Hay un tiempo para cada cosa, los melocotones no florecen en Diciembre. El color de la pared es horrible.
A mi me gustaría estar entre tus brazos, este suelo no me gusta nada es más bien de oficina.
En fin, no sé si irme o quedarme, ¿que hago? Decide tú, decide tú.