Estaba yo hoy en clase de 18 a 20 meditando sobre mis cosas, con las manos cruzadas sobre el pecho, la cabeza agachada y los ojos cerrados (meditando profundamente), mientras oía de fondo unas interesantísimas y densísimas exposiciones sobre Michael Mann y su libro "Las fuentes del poder social. Tomo II", cuando un compañero aderezó su exposición con una imagen que me hizo despertar (digo reaccionar) inmediatamente y dejarme pensando media hora.
Ahora que se acercan las elecciones vemos como todo el mundo opina, aconseja, indica, muestra, bombardea, medita, enseña cuales son las ventajas y virtudes de votar a manolito a juanito o al cura de pumarín. Incluso algunos osados aconsejan no votar bajo el argumento de que no hay mejor forma de estar en contra del bipartidismo que no votando...Sobre la profundidad moral de dicho pensamiento ni opinaré.
Dicho esto y sin entretenerme pongo directamente una de las mayores verdades que he visto en mucho tiempo.
Aunque tampoco se porque me sorprendo viviendo en el país que vivo, donde el gobierno que gane las elecciones se lo comeran vivo porque tiene que arreglar el caos del anterior, que a su vez acusa al anterior, que a su vez....Lo dicho: un país de cainitas.
Mañana la parte II sobre las elecciones en España.
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